viernes, 2 de octubre de 2009

El caso Kraft y sus derivaciones en Tigre y el país


El desalojo por la fuerza de la multinacional Kraft Foods, por parte de la policía bonaerense, dejó bien en claro de qué lado se sitúa cada uno en esta realidad complicada que se vive en la Argentina.

La empresa multinacional, que como se sabe procedió al despido arbitrario de 160 operarios, se mantiene en sus trece: no están dispuestos a cumplir con ninguna ley argentina, salvo aquella que tácitamente se interpreta como que la propiedad privada es sacrosanta, y vale más que el trabajo y la vida de los seres humanos.

¿Será verdad que los 161 empleados son despedidos porque la empresa se encuentra gestionando una fusión internacional, para lo cual deben cerrarle los números y, como suele ocurrir en estos casos, la variable de ajuste son los trabajadores?

(Este hecho no es aislado, Prensa Libre dio informaciones sobre conflictos de Kraft en Colombia y Perú, provenientes de la agencia Rebanadas de Realidad.)

Ningún compromiso de la empresa fue cumplido hasta ahora: ni las varias conciliaciones obligatorias dictadas por la justicia, ni el convenio con la Municipalidad de Tigre en el que se «comprometía» a no despedir empleados sin justa causa (la baja en la rentabilidad de la firma no lo es), ni el último compromiso de dejar entrar a los delegados (que por ley no pueden ser despedidos) ni el de no tomar revancha con el personal.

Este conflicto no es el primero en la zona norte, y así como es grave la destrucción de puestos de trabajo para obtener más ganancia empresaria, es grave el manejo político que hacen del problema las partes que deberían aportar soluciones.

Se habla de conflictos entre gobernador, intendentes y sindicalistas, se habla de ajustes de cuentas con trabajadores que no son lo suficientemente sumisos.

Hay que recordar que hubo un conflicto a mediados de junio último, con trabajadores despedidos de Impresora FP, de Florida, por intentar agremiarse a la Federación Gráfica Bonaerense. Los trabajadores pernoctaron en el estacionamiento de la firma tras un largo lock out patronal, hasta ser desalojados violentamente por la policía.

¿Tan rápido se actúa para «proteger» la propiedad privada y tan lento para defender la vida y la integridad de las personas?

Unas líneas merece la miserabilidad de los monopolios mediáticos capitalinos que reducen el problema del despido y la violación del derecho al trabajo de 161 familias, a cuestiones de tránsito en la Panamericana o en la avenida de Mayo, cuando días atrás justificaban de vida o muerte los cortes de las rangers de los patrones agroindustriales.

¿Será casualidad que el abogado Pedro López Matheu director de Asuntos Corporativos y Gubernamentales de Kraft Foods Cono Sur (denunciado como el artífice de los despidos y de las actitudes provocativas de la empresa), durante 10 años fue gerente de Asuntos Institucionales en el Grupo Clarín?

Este hombre, según denuncia el Sindicato de Prensa, fue el artífice de otro despido, en 2002, de 200 trabajadores del diario Clarín. Claro, por entonces casi nadie lo supo, ¡porque los medios nunca lo publicaron!

¡Oh casualidad! el hombre también ocupó la Presidencia de la ¡Comisión de Libertad de Prensa de la ADEPA! (los dueños de los medios gráficos), en representación de Clarín.

Caramba, qué chico es el mundo….


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